Ribadavia, España, 27 ago (Prensa Latina) El mérito supremo es volver varios siglos atrás para que una pequeña villa de cinco mil habitantes logre colocar a Galicia, España, en el firmamento de la Edad Media.
Hoy Ribadavia disfruta con orgullo de la resaca medieval que retrotrajo al mapa una boda judía a partir del «Malesín» (el delator), que es el punto de partida de la Festa da Istoria, como subraya a Prensa Latina el joven alcalde de la ciudad, César Fernández Gil.
Música, exhibiciones de aves rapaces, arqueros, danza, cirqueros, bufones, caballeros concursantes en torneos en presencia de reyes, aristócratas y plebeyos, todos en Ribadavia, que llegó a ser capital del reino de Galicia en tiempos del rey Don García que estableció allí su corte hacia 1065.
Nuestro orgullo mayor es reproducir pasajes de nuestro trayecto gracias a la devoción, entrega y sacrificios de la ciudadanía, volver a mirarnos todos con un pasado de celtas, romanos, árabes y finalmente cristianos y hebreos, atraídos por estas tierras, confesó a Prensa Latina la consejera cultural, Yolanda Gómez.
Brazo derecho de Miguel García, presidente de la Festa da Istoria, teniente alcalde de la villa, quien ni pierde ocasión para poner en valor el entusiasmo, orden y disciplina de Ribadia y sus múltiples atractivos, como la auténtica cocina gallega, el prestigio de sus vinos, los baños termales, y la belleza de los ríos Miño y Avia.
El toque de distinción gallego nos llega con Antonio Miguez, el infatigable guía turístico con rango de historiador de alto vuelo y, por si fuera poco, productor distinguido de exquisitos vinos de la comarca de O Ribeiro:
Conocemos por Galaicos a los pueblos habitantes del noroeste peninsular en la Antigüedad, desde los primeros contactos con los conquistadores romanos (siglo II antes de nuestra era) hasta su completa incorporación en su Imperio (período conocido como galaico-romano), la convivencia y los buenos negocios entre cristianos y judíos que dio riqueza a la región.
Como curiosidad, la Festa da Historia tiene apenas poco más de 30 años de existencia como tal. Se conoce desde 1693 y reconstruye el ambiente judío del medioevo.
Su rápido crecimiento la convierte actualmente en candidata a alcanzar el rango de Interés Turístico Internacional, ya con el nacional en su haber.
El teatro tiene un protagonismo especial, con la representación de forma alternativa en «O Malsín», y la «Endiañada», ambas parte real de la historia, con la Inquisición o la rebelión del pueblo a partir del encarcelamiento del Señor de Ribadavia, respectivamente.
Con un montaje que nada tendría que envidiarle a puestas en escena profesionales, el torneo que abarca demostraciones de ave rapaces, caballeros enfrascados en duelos de espadas y competencias de aros de fuego, con el preámbulo de desfiles por la ciudad. Todos van vestidos de época, requisito indispensable para que la autenticidad de la Festa da Istoria.
Ribadavia se engalana y hace alarde de sus vinos y comida gallega, especialmente los platillos de pulpo y mariscos en primer plano, dentro de las jornadas del último fin de semana de agosto de cada año, con el uso como moneda única de valor real el maravedí.
Llegan a cambiarse más de 200 mil euros por maravedíes, uno por uno, descuellan los comercios con variadas artesanías y comidas típicas, además del adorno cultural de grupos musicales y los bailes de las señoras, junto con componentes de época.